Las películas de terror son uno de mis géneros favoritos, y aunque he visto muchísimas en muy pocas ocasiones he disfrutado y pasado verdadero miedo. Pero siempre hay alguna excepción como es el caso de la película canadiense de 1980 "Al final de la escalera" del director Peter Medak.
Fuente: www.hoycinema.com |
El argumento sería: Tras la muerte de su hija y su mujer en un accidente automovilístico, John Russell, compositor de música, cae en una fuerte depresión y decide abandonar su anterior vida y mudarse a una caserón antiguo para centrarse en la creación de nuevas piezas musicales. Allí donde creía que todo sería tranquilidad empieza a escuchar sonidos extraños, ruidos, y todos provienen del final de la escalera.
Desde el comienzo la película empieza como la mayoría de películas de terror que se precie, con una situación traumática sucedida al personaje principal que provoca que huya a una casa alejada y solitaria para centrarse en su trabajo. Vale por de pronto no hay mucha novedad, pero de pronto todo cambia. Empiezan los ruidos, luego más ruidos, objetos que se mueven y creías que no, que esos efectos tan toscos ya utilizados en otras películas no iban a provocar nada en ti. Pero te equivocas, estás con el corazón en la garganta. Y es que el director sabe llevar los efectos bastante bien, sabe en que momentos van a producir miedo y cuando es adecuado utilizarlos, y además no abusa de estos. Y con todo esto nos carga de una atmósfera tétrica y oscura que hace también su propio trabajo, así como una historia interesante cargada de misterio. No hay sangre, ni vísceras ni un asesino lleno de ira homicida, sino una historia sobrenatural de las de verdad, con medium incluido. Nos asusta con elementos tan comunes como una silla de ruedas, una bañera, un piano, ... sin hacer uso de lo más simple del género de esa época, la sangre.
Aunque a todo esto hay una pega, cosa que me duele y es el final. Para mi un buen final determina mucho cuando hago una valoración, y es que en este caso su final es algo insulso, me supo a poco para el nivel del resto del metraje. Yo creo que al director se le complicó la cosa y ya no sabía como salir.
Además, he de decir que algunas de las escenas de la película son míticas, y seguro que conocidas aunque no se haya visto la película, (por ejemplo la escena de la pelota cayendo por las escaleras) siendo utilizadas en otras películas, en parodias, series de TV,...
Los actores están bastante bien.
El actor principal que da vida a John (George C. Scott) borda su papel. Está genial. Parece que de verdad está asustado y muestra esas dudas entre lo que cree y lo que ve. Se mueve con soltura y encaja perfectamente en la historia.
Una película recomendable que se mueve entre los clásicos de este género y que muestra que el cine de terror es más que sangre. Y por supuesto para ver a oscuras.
Esto Es Todo Amigos
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